La India es una república federal, basada en la paciencia
Aterricé en la India, con mucho entusiasmo y también con mucho trabajo.
Dejaba Italia, donde había trabajado en un bufete de abogados durante más de 13 años, con un contrato indefinido, y donde vivía sola en un piso que costaba mucho trabajo y dinero, y que -de hecho- ¡sólo utilizaba para dormir y los fines de semana para limpiar! Cuando llegué a Delhi, mi futuro empleador, un chico alto y guapo de mi edad llamado Manish, me estaba esperando en el aeropuerto.
Manish y yo ya nos habíamos conocido en Italia cuando, meses antes, en su Job Tour anual durante el cual visita a clientes y agencias, vino a Nápoles a conocerme. Se quedó quince días, durante los cuales no pude evitar mostrarle las mejores trattorias y pizzerías de Nápoles, dejando las explicaciones de los monumentos y demás a los guías turísticos. Durante esas dos semanas, Manish también conoció a mi familia....porque pensó que era conveniente que mis padres conocieran a la persona a la que confiaban su hija, aunque ya no fuera una niña.
Así que en julio, cuando llegué a la India, ya tenía a alguien esperándome a las 5 de la mañana en el aeropuerto. No os voy a contar la emoción, creo que es un momento que todos hemos vivido y que sólo nosotros podemos entender del todo: el momento en el que empezamos en serio un nuevo capítulo de nuestra vida, en el que pisamos ese momento todavía "suelo extranjero" y que tarde o temprano se convertirá en ¡HOGAR! A pesar del huso horario y de que era casi de madrugada, después de echar un vistazo a mi habitación en mi nuevo piso, una limpieza rápida, arreglar esas 4 cosas que llevaba... ¡me fui a la agencia! No podía dormir, no podía quedarme en casa, ¡tenía que salir y empezar a vivir mi India de inmediato! Como dicen en Nápoles, siempre he sido un poco friki, quizá sea hipertiroidea pero ¡soy hiper en todo!
Bueno, digamos que mi casi futuro jefe no pensaba lo mismo, porque desde el primer momento en que puse un pie en la agencia....¡me hizo sentarme.... para OBSERVAR! ¿Observar? Después de 13 años de abogados, clientes, tribunales, líneas telefónicas que suenan como locas, plazos de entrega, pesadillas sobre si se ha perdido algo, se ha saltado algo, se ha olvidado algo... aprende a tener PACIENCIA!
En la India, la paciencia es la carta de triunfo. Una vez que hayas aprendido este concepto, podrás convertirte en lo que quieras porque nada ni nadie arañará tu estado mental de paciencia infinita.
En la India, la paciencia te permite hacer cola en la pequeña y polvorienta tienda de debajo de casa, que vende de todo, durante largos e interminables minutos esperando a que el vendedor encuentre lo que has pedido en la enorme masa de productos que tiene detrás y que parece derrumbarse sobre ti en cualquier momento.
La paciencia te mantiene cuerdo cuando estás sentado en el rickshaw en el frenético tráfico de un mercado durante 10 minutos bajo el caluroso sol del verano indio y estás a punto de desmayarte ante la propia paciencia.
La paciencia en la India también te permite seguir haciendo tu trabajo bajo la mirada presuntuosa y sarcástica de tu colega que cree que no vas a pasar una semana en su hermoso pero difícil país.
La paciencia en la India te permite estar durante horas con 40°C en casa, sin electricidad y por tanto sin aire acondicionado, ventilador, teléfono, ordenador y aprovechar para echar una siesta o meditar o discutir con tus compañeros de piso sin vivirlo como el fin del mundo.
La paciencia en la India significa que no saltas de la cama todas las mañanas a las 4.30 cuando se encienden los motores de dos depósitos de agua, y cuando luego comienzan las oraciones musulmanas y cuando el sabziwala (vendedor ambulante de fruta) viene gritando en hindi todos los precios de las verduras y suena la campana y entonces sales corriendo... . y aún no son las 7 de la mañana; la paciencia también te ayuda cuando el domingo a las 6 de la mañana te encuentras con los niños de la ONG con la que colaboras para manifestarte contra la violencia de género y hacer una actuación en la calle y volver a casa con una experiencia fantástica que recordarás el resto de tu vida; La paciencia te ayuda a volver a la oficina de inmigración 100 veces con una sonrisa en la cara porque te piden las cosas de una en una y no todas a la vez, pero lo que más he aprendido de la paciencia es que te enseña a escuchar: primero a ti mismo y luego a los demás. Porque mirar hacia dentro y diseccionar todas las facetas posibles de lo que llevamos con nosotros, en nuestro corazón, en nuestra alma, requiere fuerza y coraje, pero estas dos características no son suficientes si no se tiene la paciencia para hacerlo en el momento adecuado, de la manera adecuada. Para levantarse una y otra vez de las interminables caídas que encontraremos.
Además, te enseñará a escuchar a la persona que tienes delante, a comprenderla, a penetrar en su mente y en su corazón, porque no hay nada más hermoso que entender lo que hace tu interlocutor, tu amigo, tu compañero, tu jefe, tu criado, el santón del templo, el niño que pide limosna... ¡cualquiera!
Así que PACIENCIA = CONOCIMIENTO
¡Por esta razón para mí la India es y será siempre la fuente de CONOCIMIENTO ya que es la mejor escuela para aprender la PACIENCIA y si has leído hasta aquí diría que tú también estás en el camino correcto!
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